jueves, 8 de julio de 2010

El cuento de la política

Un político no debiera permanecer en su puesto más de ocho años, por higiene política, para no anquilosarse y no tener malas tentaciones. Estoy, más que convencida que el mecanismo político de los Partidos tiene que cambiar, para convencer a ese sector de la sociedad que duda de todo y de todos. El mayor mal de una democracia es cuando los individuos empiezan a desconfiar de los políticos y esto, se está dando, por desgracia, cada día más. Es verdad, que algunos creemos en unos partidos más que en otros, pero todos tienen cosillas que no te gustan, ya que a groso modo pensamos que todos luchan por lo mismo, por el poder. Esto empieza a observarlo entre los políticos más próximos, en el día a día, porque ni están todos los que son ni los que están son los mejores. Cuando el individuo se compromete y trabaja por ese partido, en el que cree y se da cuenta de los codazos y las zancadillas que te ponen, que te utilizan como un kleenex, que no se puede , nunca, demostrar que sabes más y eres un poquitin más avispado que los que tienes a tu lado,porque entonces “ Van a por ti”
Reflexionas, un poco indignado, ¿Qué hago yo aquí? Continúas con una batería de preguntas, encontrándole respuestas a cada una. Llegas a la conclusión: lo dejo todo o sigo con la apatía y desidia que todo esto produce. Sabes que te has dejado utilizar, que has trabajado para otr@s, pero llegas el momento en que te das cuenta, que has perdido tu tiempo trabajando para que unos cuantos, a veces bastante ineptos, se sitúen en el escalafón. Luchabas con ilusión, no importaba, mientras los otros luchaban para situase y llegar a la meta que se habían marcado, empujado por tu esfuerzo, no por sus propios méritos.
Te das cuenta, con el tiempo, que los políticos no sólo son una casta por su posición, sobretodo en estos tiempos que corren en nuestro País, sino que es una secta, donde entran y ocupan cargos sólo los unos cuantos, pero casualidades de la vida siempre son los mismos, sus amigos, los amigos de sus amigo y sus familiares. Conozco a muy poca gente en la política, que no tengan familiares enchufados, no por su validez sino por ser quienes son.
Cuando llegas a esta conclusión , no sin antes realizar una observación y un análisis exhaustivo, piensas que con este tipo de cosas los perjudicados, no sólo, serán la persona o personas que te rodean sino el Partido por el que se ha luchado y en el que sigues confiando. Cuando el sujeto, en cuestión, llega a esa conclusión, deja de transmitir ilusión, cae en la apatía y en la desgana, siente que su trabajo y esfuerzo han servido para que unos cuantos se posicionen, y cuando están en lo alto fingen que no te conocen.
Llegan las diferentes campañas electorales, y entonces te buscan para empezar de nuevo y poner en marcha el círculo vicioso anteriormente narrado, y es cuando tú dices conmigo no cuentes para nada, porque tú puedes seguir creyendo en la ideología pero no en las personas. Si lo políticos, con altos cargos de responsabilidad, pusieran remedio a todo esto, las cosas serían muy distintas. Ellos viven tan acomodados que no quieren darse cuenta de la pura realidad, pero la realidad es la que es y las personas se cansan de ser utilizados, manipulados y servidores de unos cuantos.
En los partidos tienen que existir la alternancia, los individuos deben llegar a ocupar un puesto o un cardo, desde algún sitio, con un puesto de trabajo, donde pasado un tiempo puedan volver sin tener que apegarse tanto al sillón, con una declaración de patrimonio, la cual hay que revisar cuando termine su periodo activo, con un mínimo de formación y preparación…………Por familia un cargo público, por persona un sueldo y un puesto ( es amoral la acumulación de cargos en un solo individuo, como el cobrar más de u sueldo del dinero público) Si los presidente de los partidos no se ponen las pilas, esto es “JAUJA”” y ni la política ni los políticos tendrán credibilidad en una sociedad con tantas necesidades, como tiene la nuestra actualmente. No podemos vivir de palabrería, de los discursos fáciles para arrancar unos aplausos, hay que vivir de realidades. Y el sentir de la mayoría de la sociedad es que los que viven de la política viven del cuento