jueves, 12 de febrero de 2009

Carta escrita al periodico la Opinión de Málaga y publicada el dia 12/2/09


La movida de los jóvenes Por muy progresistas que queramos ser, por muchas libertades y derechos de los jóvenes, por la permisividad de algunos padres, etc., unos menores no pueden estar emborrachándose, a las 3.30 de la madrugada, en ningún sitio y mucho menos en la calle. Todo esto es una sin razón, un descontrol, una dejadez de las funciones de los padres y, por qué no, de las autoridades, que no son capaces de coger de una vez el toro por los cuernos. Siempre me he preguntado a quién o quiénes les interesa este tipo de desmadre. Mantener esto cuesta mucho dinero a la sociedad, y los resultados son pésimos: jóvenes sin control, comas etílicos, navajazos y peleas, basura por doquier, rotura del mobiliario publico. ¿Por qué a la sociedad no le interesa cambiar estos hábitos? Pues si los jóvenes no quieren otras alternativas, se saca una ley y se prohíbe la movida en la calle. Porque leyes las sacan nuestros gobernantes, cuando les interesa, a golpe de martillo, y usando sus respectivas mayorías, pero no quieren sacar una ley que prohíba esto, porque no sería popular; y en las drogas que corren en estas movidas está el quid de la cuestión. Es vergonzoso la doble moral que tenemos y el doble rasero que usamos para medir lo que nos interesa. Estoy segura de que muchos jóvenes de 15 a 18 años terminan siendo unos alcohólicos, o delincuentes, drogadictos. Luego la sociedad, que no ha sabido actuar en su momento, pretenderá reinsertalos. Y terminamos diciendo todos: "Esta sociedad está perdida". Los padres irresponsables totales de estos menores ¿no tienen culpa? Pues si son culpables se usan las leyes, que para eso están, las pocas que tenemos a este respecto. Siempre hablamos de la sociedad como algo abstracto, en el tema de educación, valores, justicia social, etc. La sociedad es algo muy concreto, algo muy vivo, formada por individuos y en la cual, cada persona debe ejercer la función que tiene encomendada, función y/o responsabilidad que no ejercemos la mayoría. O nos ponemos las pilas, y cortamos por lo sano, o esto se nos va de las manos. Francisca Cruzado Málaga

domingo, 8 de febrero de 2009

La docencia

Francisca Cruzado Ríos: Febrero 7th, 2009 @ 20:45
Querido profesor: Acabo de leer su artículo y he terminado con lágrimas en los ojos, porque la mayoría de las cosas que relata las he vivido, primero como alumna y después como docente.Acabo de prejubilarme, después de dedicarme a la enseñanza 41 años. El curso pasado fue el más duro, ya que en mi interior reinaba una pura contradicción; por un lado quería jubilarme para dedicarle más tiempo a los míos y hacer cosas que siempre había deseado y no las hice por falta de tiempo, por otro lado me dolía en el alma, dejar a mis alumnos de educación especial, tarea que desarrollé durante los once últimos cursos. Todavía no he sido capaz de volver al centro en horario escolar, para no encontrarme con ellos, no puedo. Cuando recogí el aula fue lo más doloroso, no era un cambio de centro, era el fin de una profesión a la que me di con cuerpo y alma. Cada vez que rompía un informe, una ACI o un programa me daba la sensación, que rompía un trozo de mí, todavía, no he sido capaz de colocar las cosas que quise conservar.Pienso que en la enseñanza hay buenos maestros, sobretodos aquellos que eligieron esta profesión por vocación y los que está en ella sin este don, se nota. Es verdad que la sociedad es culpable de muchos de los males que hoy reina en la enseñanza, pero el buen docente sabe sortearlos, y al final consigue los objetivos que se marca con casi todos los alumnos, teniendo siempre en cuenta que cada alumno es diferente, personalizando la enseñanza y compensando las carencias que tienen de diferentes tipos.Yo siempre he pensado que un docente es inmortal, porque a diferencia de otros artistas, su abra sigue viva, viva en muchos seres humanos que han podido pasar por sus manos y que le han ido robando un poquito de su corazón, por eso el corazón de un buen maestro nunca muere.Tuve la suerte de criar y educar a tres hijos maravillosos, hoy todos, con carreras superiores, con mucho esfuerzo, desgaste y desvelo. Ellos desde pequeños siempre comprendieron mi profesión, lo mismo que mi esposo, pero yo tuve problemas de conciencia, pensando que me daba más a mis alumnos que a ellos, quizás porque siempre tuve niños, que le faltaban lo que ellos tenían.Nunca consideré mi profesión como un trabajo, sino como una satisfacción. Conseguí durante toda los años que estuve de docente, dejar los problemas que podía traer, el 50% a las puertas del centro y el otro 50% en la puerta de mi aula, porque me debía a mis alumnos sin ningún tipo de reserva.Puedo asegurar, si pedantería, que me he prejubilado con la misma ilusión con la que empecé, con tan solo diecinueve años. Y hoy puedo decir desde lo más profundo de mi ser, que siempre recibí mucho más de lo que fui capaz de dar, de mis alumnos de sus padres y por supuestos des los buenos compañeros que me fui encontrando en mi camino. Gracia a todos y en especial a los cientos de alumnos que pude tener, porque guardo de todos muy buenos recuerdos, si hubo algún momento arduo, hace mucho que lo olvidé.

(Enviada y pubicada en el blog del profesor Santos Guerra)

sábado, 7 de febrero de 2009

La Señora de la limpieza

Este comentario fue publicado en el blog de Santos Guerra



Francisca Cruzado: Septiembre 23rd, 2007 @ 22:59
Gracias por tu artículo es muy bueno. También quiero dar las gracias a todas esas señoras de la limpieza, que durante los 41 años que llevo trabajando en la enseñanza, me he encontrado con ellas en los diferentes Centros Educativos. He tenido siempre para todas, lo mismos que para los conserjes, mi mayor respeto. Estos dos colectivos son personas muy importantes en los Centros y por supuesto que siempre las/los he tratado con el mayor de los respetos y los he inculcado esto en mis alumnos, diciéndoles que las señoras que limpia no son las criadas de nadie. Este respeto y agradecimiento lo he llevado a cabo dejando siempre la clase, en la que terminaba la jornada, totalmente ordenada, sin papeles en el suelo, borrando los encerados y subiendo las sillas. Mis alumnos no han necesitado la tan cacareada Educación para la Ciudadanía, el respeto, los valores y educación y formación en todos los campos, los he tenido siempre presente. Así pienso continuar este curso que acaba de comenzar, aunque me vaya a jubilar cuando finalice el mismo. No he tenido nunca eso del síndrome de “ estoy quemada”. Los problemas que he podido traer de fuera el 50% se quedaban en la puerta del colegio y el otro 50% en la puerta de mi aula. Siempre he entrado a clase libre de cargas y llena de ilusión, y si Dios quiere así pienso terminar mi vida laboral, con la misma ilusión que el primer día que me enfrenté a esos 36 alumnos con solo 19 años. Unas de mis mayores satisfacciones de esta vida es haber sido maestra y haberme encontrado en el camino tanta buenas gentes: alumnos, compañeros, padres, conserjes y por supuesto las señoras de la limpieza.A todos muchas gracias por haberme hecho tan bonito mi trabajo.
Francisca Cruzado Ríos

Otra de Memoria Histórica

Este escrito fue publicado en su momento en el blog del profesor Santos Guerra (columnista del Diario Sur de Málaga)


Francisca Cruzado: Septiembre 23rd, 2007 @ 23:27
Su artículo me parece conmovedor y expresa muy bien todo ese silencio que Vivian en la familia, cuando algunos de sus miembros habían sido fusilados. Yo lo viví en mis propias carnes y no supe hasta los 15-16 años que mi abuelo había sido matado por el Frente Popular, en Alora, junto con un padre y sus dos hijos. El señor que Ud nombra en su artículo, don Atenedoro, pudo casarse con su novia, mi abuela se quedó viuda con solo 29 años y dos hijas, mi madre de 7 años y mi tía de dos. Fue mi madre la que se pasó tres días, buscando a su padre, por todos los campos de pueblo.Mi abuelo Francisco Ríos Antunez, era un hombre bueno, apolítico y vivía de unas tierras que tenían arrendada. Buen esposo, padre, hijo y hermano, querido por muchas gentes. Era labrador y como la mayoría de las personas de aquella época sin cultura académica pero con un gran corazón.Que pena que después de setenta años tengamos que estar recordando a los nuestros, por la maldita Memoria Histórica de Zapatero. Cuando leo algo, de la Guerra Civil, que tuvo que vivir España, me revelo, es tanto el dolor que se produce en mi corazón que si pudiera a más de uno le sellaría la boca para siempre. Mi madre, que murió hace siete años, aún joven de Alhzeimer, estuvo marcada toda su vida por esa tragedia, lo mismo que mi abuela, y mi tía que aún vive, y que padece la misma enfermedad, pienso que debido a lo que tuvieron que sufrir toda su vida estas tres mujeres que se quedaron solas.Me duele tener que recordarle a Ud como a Zapatero que la muerte de mi abuelo se produjo ante que la de vuestros familiares, pues a mi abuelo lo mató el Frente Popular.No quiero que se vuelvan abrir heridas que estaban ya cicatrizadas, pero si este gobierno sigue con la Memoria Histórica, quiero decirle que en la Guerra Civil no existieron ni buenos ni malos, fue sólo eso una Guerra Civil, que nunca se tuvo que haber producido, pero los otros muertos también existieron. Si Z.P, su gobierno e I.U sigue hurgando en la herida de algunos que hemos estada con la boca cerrada, no ahora sino en tiempo de la dictadura, pido que también se recuerden a los nuestros y que de continuar con la Memoria Histórica no se le eche en el olvido, porque nosotros también tenemos corazón. Si lo que quiere es que sólo recordemos a los suyos, estarán cometiendo una injusticia y una provocación. Pido para todos los que mataron el Frente popular (y nunca me lo propuse) lo mismo que ellos piden: reconocimientos, homenajes indemnizaciones etc¿A qué juega Zapatero y su gobierno? ¿ A dónde nos quieren llevar?Terminaré este comentario escribiendo:“Sólo le pido a Dios:Que las guerras no me sean indiferentes”Pero que en las urnas pierdaZapatero, el poder para siempre,Porque el pueblo y no los gobernantesSon los que piensan, sufren y sienten.
Francisca Cruzado Ríos