sábado, 28 de julio de 2007

Educación para la Ciudadanía

Soy profesora, y estoy totalmente en contra de que se implante la asignatura de Educación para la Ciudadanía, con carácter obligatorio y puntuable, en los centros educativos.

No se puede adoctrinar políticamente, en los centros educativos, según el gobierno de turno. Para mí, esta asignatura es como la que yo estudié en mis tiempos: la Formación del Espíritu Nacional. Si ésta se ha cuestionado, creo que la Educación para la Ciudadanía es exactamente lo mismo. Nadie puede obligar a un docente a que imparta a sus alumnos, algo con lo que no comulga, ni cree. Tiene que existir el derecho a la objeción de conciencia de los profesores.

Los maestros siempre hemos educado a los alumnos en valores, comportamientos, modales, respeto, civismo, educación vial, etc. Esto lo hemos hecho y lo hacemos de una forma global, aprovechando cualquier momento del horario escolar y las horas de tutorías con los alumnos. Estas horas de tutorías, las cuales han ido perdiendo importancia, eran los propios alumnos y dependiendo siempre de la edad de éstos, donde se les proponían, que ellos eligieran los temas, de los que querían que se les informara, y siempre bajo la supervisión del tutor.

Además, cualquier asignatura se aprovechaba para hablar de los temas transversales: coeducación, consumismo, etc.
Pero la formación en principios, creencias… no es competencia del profesorado sino de la familia, por lo que, tanto los centros educativos como el gobierno deben respetar este derecho de los padres.

Esto se comprende con un simple ejemplo: unos padres pueden y deben negarse a que alguien, que ellos no creen que tiene una moral y unos principios, que difieren bastantes con los que hay en el seno de esa familia concreta, formen a sus hijos, en valores, creencias, política… Esto hay que respetarlo porque así lo recoge la Constitución en uno de sus artículos fundamentales.

Siempre se ha dicho, cosa que no era totalmente cierta, que los colegios están para enseñar y la familia para educar y formar.

A mis hijos los hemos educado mi marido y yo. Es verdad que cuando lo hemos creído necesario, lo que se refería a educación y formación religiosa dejábamos que el centro interviniera en esta parcela, ya que cursaban sus estudios en un colegio concertado religioso, pero siempre con nuestro consentimiento y supervisión. Son unos hijos maravillosos, están bien formados y no han necesitado esta polémica asignatura.

Si el Estado quiere educar a la ciudadanía, que controle los medios de comunicación, la telebasura, la Movida, la seguridad ciudadana, la emigración descontrolada. Que se preocupe de fomentar el deporte, la cultura en todo los niveles (música, teatro, cine con subvención para los jóvenes) la vivienda, el empleo el ahorro, el 0,7 para el tercer mundo.…

No quiero ni pensar, que este gobierno pretende que se haga, lo que se hacía en la antigua Unión Soviética, que el estado era el responsable de educar y formar a los hijos.

¡Ya está bien de tonterías! Que hay muchas cosas importantes en este país, para que el actual gobierno siga andándose por las ramas.